Prof. Disertante: María Alejandra
La compleja gama de problemáticas sociales sobre las que trabajamos exige hoy una lectura de la seguridad de los habitantes, inclusiva de aspectos ligados a un estándar mínimo y razonable de bienestar para todos, lo que permite ampliar este concepto e intentar hacerlo operativo a través de acciones y respuestas institucionales dirigidas a garantizar un desarrollo humano sostenido de los pueblos, en especial a aquellos grupos humanos considerados altamente vulnerables.
A tal fin se propone reflexionar sobre herramientas conceptuales que nos permitirán “leer e intervenir” sobre la realidad cotidiana de los sujetos con los que trabajamos, sin perder de vista los principios que inspiran los Derechos Fundamentales, basados en la dignidad de todas las personas.
Desvendar las tensiones existentes entre seguridad y vulnerabilidad, reflexionado sobre un caso práctico, nos permiten detectar las diferencias entre lo que podemos hacer y lo que verdaderamente reclama la realidad que se nos presenta, enfrentando los condicionantes que se imponen a nuestras funciones o a nuestras competencias disciplinares.
La intervención que involucra asistir a personas discapacitadas se presenta así, con la exigencia de detectar un complejo entramado que supone la consideración de variadas dimensiones que no siempre se encuentran a “simple vista” y sobre los cuales resulta indispensable elaborar diagnósticos integrales de posibles situaciones de riesgo social, presentes en cada persona o grupo humano en situación de vulnerabilidad, todo ello, encaminado a la promoción de acciones preventivas que –en muchos casos- establecen la diferencia entre la vida o la muerte de las personas.
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